martes, 3 de julio de 2007

Hay hombres malos… ¡Y mujeres peores!

Dejando sumamente claro, que estoy en contra de cualquier tipo de maltrato ya sea a niños, ancianos, animales o mujeres y que el maltratador es para mí una figura aborrecible, no debemos olvidarnos de una nueva figura igual de rastrera, surgida como consecuencia de la anterior. En esta sociedad de bienestar en la que nos ha tocado vivir, crece como la espuma un tipo de mujer que amparándose en su condición de fémina, manipula y tergiversa todo cuanto está a su alcance para hundir, machacar y a ser posible arruinar al que hasta hace tan solo unos días era su compañero ideal, el padre de sus hijos y con el que yacía en el mismo lecho noche tras noche durante varios años. Lo que hasta hace muy poco tiempo era una simple discusión marital, se ha convertido en una posible excusa para interponer una denuncia y regalarnos a cualquiera una etiqueta de “hijo de puta” que nos costará tiempo quitarnos aunque sea infundada. Como en el antiguo oeste americano, primero disparo y después pregunto. Sin siquiera haberle rozado un pelo, ya puedes ser un maltratador psicológico y si encima la fémina se crece y presenta un parte de lesiones por un cardenal que ella misma se ha hecho fortuitamente al salir de la cabina de rayos uva ¡ya la hemos cagao!

¿Parezco retorcido? En absoluto. Esto esta ocurriendo cada vez más a menudo, por desgracia para todos los varones. Casi todos los días oímos en las noticias demasiados casos de maltrato hacia la mujer, pero el mayor número de estos no disculpa el cada vez peor comportamiento de la mujer hacia el hombre, utilizando a los hijos como medida de extorsión a la hora de obtener mayores beneficios económicos o haciendo un mal uso de sus derechos constitucionales, simplemente para joder todo lo que pueda a su ex-pareja.

Mando desde aquí un mensaje de ánimo para todas aquellas mujeres que estén sufriendo un verdadero calvario a manos de sus parejas y otro para todos aquellos hombres que se encuentren arruinados, etiquetados y sin poder ver a sus hijos injustamente, estoy seguro por algunos ejemplos cercanos de mi entorno mas próximo que muchos de ellos son excelentes padres, honrados trabajadores y bellísimas personas.

PD: Para la información de los lectores, estoy divorciado, no tengo hijos y jamás e sufrido directamente este tipo de abusos.

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