martes, 30 de agosto de 2016

SIGO BUSCANDO



Debo de ser muy exigente, o muy gilipollas, o vete tú a saber lo que soy, detrás de un tipo aparentemente normal, puede que se esconda alguien súper complicado. Retorcidamente complicado al que no le bastan sus nutridas virtudes para tapar todos sus disimulados defectos. Puede que sea eso.

Está bien reconocer mi parte de culpa, aunque sería tremendamente egoísta atribuirme todo el merito. Ellas también realizan sus colosales aportaciones a la decisión final de dejarlo pasar. De hecho, en más de una ocasión he tenido la sensación de haberme quitado un gran peso de encima.

Mi media naranja está todavía por llegar, no tengo prisa. Cuando llegue, ya me habré acostado con media España.

“Tanto bajé el listón, empeñado en no estar solo, que me devolvió el frontón, algo que ya no controlo”