miércoles, 28 de mayo de 2008

DE AMORES MANCHEGOS

De vez en cuando me gusta desplazarme hasta algún pueblo cercano y pasear por su rural periferia fijándome simplemente en los bancales, en los árboles y en las casas, sin mayor aspiración que la de relajarme y respirar un poco de silencio.

Hace poco en una de estas escapadas, paseando entre un grupo de casas derruidas en el manchego pueblo de “El Masegoso” atrajo mi curiosidad un trozo de vieja postal que sobresalía debajo de media teja, en el suelo, entre cañas de un antiguo techo, escombros, trozos de muro de adobe y alguna que otra pata de mesilla de noche de las de hace 60 años. La postal era una imagen de la calle de Alcalá en Madrid y aunque su estado era muy precario podía leerse su contenido con total claridad. El remitente era un tal Alejandro Díaz Márquez y la destinataria una tal Maria Luisa Cortés Jiménez. Lo que leí en su reverso me dejó tan impresionado que decidí indagar un poco sobre los protagonistas del curioso documento postal.

Mientras me tomaba un café pregunté en el bar de la plaza por los nombres que aparecían en la postal enmascarando mi interés con la posible compra de algún solar en el pueblo;

.-Pero ahí no vivía ese que usted dice, eso era de los Cortés y murieron hace ya muchos años, se quedó la hija sola y murió también hará unos 20 años.

.-¿Una tal Maria Luisa?

.-Si, la Luisa. Eso quien mejor te lo dice es el Benito, ese que esta sentao ahí en la plaza.

Pagué mi café y me fui a hablar con el Benito. Un abuelo de unos noventa años que estaba tomando el sol sentado en un banco de la plaza del pueblo con su boina y su garrota. Me presenté, le dije que me habían indicado en el bar que quizás podría ayudarme y tras una breve introducción la conversación ya transcurría por donde a mi más me interesaba;

.-El padre de la Luisa tenía muchas tierras, eran de los más ricos de por aquí. Cuando la guerra civil el mandaba mucho en el bando nacionalista y entones hicieron mucho dinero. El Alejandro era maestro, de una familia muy humilde pero muy buena de aquí del pueblo. También cuando la guerra lo reclutaron los nacionalistas y se tuvo que marchar y nunca volvió, lo mataron los republicanos en Madrid.

.-¿Pero eran novios el Alejandro y la Luisa?

.-Que vaaa, la Luisa era la única hija de los Cortés y no creo que el padre quisiese a un maestro escuela como yerno, en aquellos tiempos los maestros pasaban mas hambre que los perros. La Luisa murió soltera la pobre.

.-¿Pero entonces….?

Ante la contradictoria versión del Benito le conté mi hallazgo, le dije quien era el remitente y quien era la destinataria. Cuando terminé de leerle el contenido, el abuelo se quedo fijamente mirándome a los ojos y pude ver como una lágrima resbalaba por su mejilla hasta la solapa de la chaqueta. Justo entonces otra lagrima mía hizo lo propio yendo a caer encima de la postal. Valiente corazón el de Alejandro que me usó después de tantos años para que en su pueblo por fin alguien supiera la verdadera razón de su marcha al frente.

“Amada Maria Luisa, poco tiempo tengo para contarte todo lo que te quiero, son tantos días ya sin verte que lo que más deseo es que todo esto termine, pueda regresar al pueblo cuanto antes y estar junto ti.”

“Mucho tiempo ya ha pasado
y mi corazón no descansa
de mí amada la añoranza
lo tiene bien atrapado.

Siglos y siglos yo muerto
mi amor permanecerá
jamás se terminará
lo que empezó a nuestro encuentro”

“En Madrid a 14 de febrero de 1938”

lunes, 26 de mayo de 2008

SI PADRE, ESTAN MUY BUENAS

Acababa de salir de una reunión de trabajo en el gaditano barrio de San Lorenzo. Subía por la calle Lagasca y para el que nunca ha estado por esos barrios de Cádiz, deciros que por sus callejuelas apenas caben un vehículo y un viandante al mismo tiempo. Cargado con portátil, maletín y demás aparejos, me encontré con unos escalones de mármol blanco que me venían de perlas para sentarme un momento a pedir un taxi. Los escalones pertenecían a la iglesia de San Lorenzo y su pórtico me ofreció el fresco cobijo necesario mientras esperaba al vehículo que me llevaría de vuelta al hotel.

Casualmente ese día llevaba puesto un traje gris y una camisa negra sin corbata (todo de Armani, claro está, porque yo lo valgo). Cuando me metí en el auto, el taxista estuvo un rato sin hablar pero como el tráfico no nos dejaba avanzar demasiado, a los pocos minutos preguntó;
¿Qué, padre, de visita a algún compañero?

¿¿¿¿???? Tardé un poco en hilar, pero como los gaditanos tienen fama de guasones me permití el lujo de contestarle a mi manera;

Si hijo, vengo directamente del vaticano, habéis tenido mucha suerte aquí en Cádiz, pero por favor no me llames padre, me hace sentirme un tanto extraño, ciertamente no estoy acostumbrado, mi trabajo es poco menos que el de una especie de secretario administrativo de la iglesia. Mi nombre es Mateo.

¿Suerte dice? ¿Por qué?

En la iglesia de San Lorenzo, donde me has recogido, estaban haciendo unas obras para meter unos tubos de calefacción hacia las habitaciones interiores y han descubierto un antiguo sótano que se tapó en la guerra civil. En principio no había nada en él, pero cuando ya lo iban a rellenar de escombro para sellarlo definitivamente un operario se dio cuenta de que por las rendijas de los ladrillos de otra puerta tapiada de la misma estancia circulaba una corriente de aire. Al quitar algunos de los ladrillos para asegurarse de si había que rellenar mas huecos han encontrado un mausoleo.

¡Hooostiaaas! Perdón, ¿Pero esto parece de película? ¿Pero que me está contando? ¿Y qué había dentro?

En el mausoleo hay unos restos humanos que en un primer momento se pensó que pertenecían a un obispo muy importante de Cadiz, pero finalmente son de una familia igualmente importante de la que no puedo revelar todavía su identidad.

¿Y la suerte?

Los restos pertenecen a un varón adulto y a un bebé de unos meses que las pruebas de ADN revelan que son padre e hijo.

Aaaaaahhh.

En ese momento el vehículo se detuvo en la puerta del hotel y justo cuando pagaba el importe de la carrera pasaban dos pibones a escasos centímetros de nosotros.

¡Estan guenassss las gaditanas! Le dije mientras nos despedíamos.

jueves, 8 de mayo de 2008

DEL CALIBRE 22

¿Dónde Andas?
Estoy a unos 15 minutos, en un semáforo ¿Y tú?
En casa, estaba leyendo y me he puesto muy subidita.
¿Qué me cuentas? ¿Y lo vas a solucionar sin mí?
Depende de si encuentras un atasco o llegas a tiempo.
¿Qué llevas puesto?
Una camiseta de tirantes de Calvin Klein y el tanga que me regalaste de Victoria’s Secret que se esta empezando a mojar demasiado.
Cuelgo que casi atropello a uno con una Derbi Variant. Espérame.

Aparqué tan aprisa que oí crujir el paragolpes del Ford Fiesta de delante y el del BMW del año del porcón del vecino. Cuando subía por las escaleras ya llevaba mi arma casi a punto.

Wendy me había visto por la ventana y me esperaba detrás de la puerta pero la abrí tan efusivamente que le metí con el picaporte en el costado y casi al instante le salió un moratón. Se quejó, me disculpé y le puse la mano en la nuca dándonos un morreo de esos que nuestras lenguas mas que lenguas parecían el pulpo de “20.000 leguas de viaje submarino”. Empezó a palparme la herramienta por encima del pantalón y la agarré del culo con las dos manos y como lo que mas cerca quedaba era el baño me la lleve al jacuzzi que aunque estaba vacío podría servirnos para nuestros carnales propósitos. No calibré el peso extra que portaba y al intentar postrarnos en el improvisado lecho se golpeó con la cabeza en la jabonera, pero el seco “Croock” que oí debió ser del plástico de la misma porque ella me siguió magreando e intentando desabrochar los botones de los vaqueros. Como la posición en que se había quedado era la idónea metí la cabeza entre su sexo y a la primera inspiración de sus humores la erguí raudamente preguntándole ¿Se te murió algo ahí adentro? Espera, me dijo y de un salto se sentó en el bidé mientras yo me desnudaba. Ya de paso me di unas aguas yo también, que después de todo un día meando por ahí seguro que ella me lo agradecería muy bien. Una vez lavada la rosa y enjabonado el aparato, la punta parecía una bola de billar, dura y brillante. Continuamos con los besos y ella se arrodilló para coger con sus manitas los 22 cm. del cañón que más le gustaba (22 cm. jajajajaja jajajaaja jajajajajaja haaaaaay que me parto, pero como el que escribe soy yo, pongo lo que me da la gana, ya sabemos que son solo dieciocho, jajaja ajajajaj aj) en fin, sigamos ¿Por donde iba? ¡A si! por lo del peaso de miembro, erguido, venoso y brillante que tanto le gusta a Wendy.

Mientras ella enjuagaba con su lengua todo aquel material, yo me apoyé en el lavabo de cerámica de Kent que compramos en California, Wendy seguía trabajando con tanta avidez que no pensé que las escuadras que sujetaban el lavabo fueran tan débiles y acabaron por no soportar la presión de nuestro juego derrumbándose tras de mí ¡Que putada! Estábamos tan calientes que aquello no nos paró y entre los trozos de loseta, cemento cola y cepillos de dientes seguimos procurándonos toda clase de requiebros amatorios. Por fin pude alcanzar el tesoro de Wendy y meterle la lengua hasta sacársela por el ombligo. Ella se arqueaba de placer mientras yo empezaba a sentir un desagradable escozor en el ojete. Con el movimiento me estaba dando con un trozo del desagüe que quedaba en la pared y cuando miré había hasta unas gotas de sangre resbalando por el PVC ¿Qué importaba eso? seguí hasta que decidí penetrarla por detrás apoyada en la pared de la ducha y con el empuje que le propinaba a cada envite se agarró sin darse cuenta en la cortina del baño. Mi pene salía y entraba una y otra vez de su lubricada flor hasta que la cortina y la varilla que la sujetaba nos envolvió a los dos justo cuando nos corríamos como hechizados sin importarnos lo mas mínimo el resto del mundo.

Al levantarme pude ver en el espejo mi ojo morado por el golpe de la varilla de la cortina.

Wendy me dejó hace unos meses, dijo que follar lo que se llama follar le gustaba, pero para deportes de riesgo ya estaba el Puenting.

Desde entonces no he vuelto a hacer el amor. Para la próxima pensaré en comprar algunos juguetes eróticos que seguro me salen mas a cuenta.