lunes, 26 de mayo de 2008

SI PADRE, ESTAN MUY BUENAS

Acababa de salir de una reunión de trabajo en el gaditano barrio de San Lorenzo. Subía por la calle Lagasca y para el que nunca ha estado por esos barrios de Cádiz, deciros que por sus callejuelas apenas caben un vehículo y un viandante al mismo tiempo. Cargado con portátil, maletín y demás aparejos, me encontré con unos escalones de mármol blanco que me venían de perlas para sentarme un momento a pedir un taxi. Los escalones pertenecían a la iglesia de San Lorenzo y su pórtico me ofreció el fresco cobijo necesario mientras esperaba al vehículo que me llevaría de vuelta al hotel.

Casualmente ese día llevaba puesto un traje gris y una camisa negra sin corbata (todo de Armani, claro está, porque yo lo valgo). Cuando me metí en el auto, el taxista estuvo un rato sin hablar pero como el tráfico no nos dejaba avanzar demasiado, a los pocos minutos preguntó;
¿Qué, padre, de visita a algún compañero?

¿¿¿¿???? Tardé un poco en hilar, pero como los gaditanos tienen fama de guasones me permití el lujo de contestarle a mi manera;

Si hijo, vengo directamente del vaticano, habéis tenido mucha suerte aquí en Cádiz, pero por favor no me llames padre, me hace sentirme un tanto extraño, ciertamente no estoy acostumbrado, mi trabajo es poco menos que el de una especie de secretario administrativo de la iglesia. Mi nombre es Mateo.

¿Suerte dice? ¿Por qué?

En la iglesia de San Lorenzo, donde me has recogido, estaban haciendo unas obras para meter unos tubos de calefacción hacia las habitaciones interiores y han descubierto un antiguo sótano que se tapó en la guerra civil. En principio no había nada en él, pero cuando ya lo iban a rellenar de escombro para sellarlo definitivamente un operario se dio cuenta de que por las rendijas de los ladrillos de otra puerta tapiada de la misma estancia circulaba una corriente de aire. Al quitar algunos de los ladrillos para asegurarse de si había que rellenar mas huecos han encontrado un mausoleo.

¡Hooostiaaas! Perdón, ¿Pero esto parece de película? ¿Pero que me está contando? ¿Y qué había dentro?

En el mausoleo hay unos restos humanos que en un primer momento se pensó que pertenecían a un obispo muy importante de Cadiz, pero finalmente son de una familia igualmente importante de la que no puedo revelar todavía su identidad.

¿Y la suerte?

Los restos pertenecen a un varón adulto y a un bebé de unos meses que las pruebas de ADN revelan que son padre e hijo.

Aaaaaahhh.

En ese momento el vehículo se detuvo en la puerta del hotel y justo cuando pagaba el importe de la carrera pasaban dos pibones a escasos centímetros de nosotros.

¡Estan guenassss las gaditanas! Le dije mientras nos despedíamos.

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