lunes, 20 de agosto de 2007

DE EGIPCIANOS O EGIPTANOS

El aparcamiento del local se va llenando de coches. En la entrada, en una de las primeras mesas, un hombre con camisa y pantalón de color negro, sombrero cordobés, una mano apoyada en un bastón y de su cuello una reluciente cadena de oro de buen grosor. Todo el que pasa le saluda y los suyos le rinden pleitesía con gestos de respeto y admiración. Es el abuelo gitano, el patriarca. En el escenario un trono de estilo Victoriano y unas sillas de mimbre esperan una de las primeras actuaciones de la noche, el ambiente empieza a animarse cargándose con el humo del tabaco. Los payos somos bien recibidos, no hay recelos, los gitanos saben que estamos invitados a este su pequeño mundo y que los que acudimos admiramos ese arte que se destila por cada átomo del local. Lo de payos nos lo adjudicaron cuando entraron por Cataluña y convivieron con los agricultores del lugar que se denominan pagés. Volviendo al local ya esta empezando la primera actuación, uno con una guitarra, otro con una caja de percusión y dos palmeros acompañan al cantaor. El tío se desgañita con cada canción, el público le aplaude y el ambiente se caldea más todavía con el sudor de los asistentes. La noche empieza a tomar forma. Corre el whisky, los puros y muy disimuladamente los chinos mitad de coca y mitad de caballo. Sale otro al escenario, el anterior esta exhausto y se toma una copa para descansar un rato, se lo ha ganao. El local esta a tope. Todo es muy autentico, no es como esos tablaos de guiris, esto es arte en estado puro. La noche es genial, la experiencia irrepetible. Algunos gitanos mayormente tratados como chatarreros o buhoneros, saben hacer algo más. Saben cantar y bailar flamenco como ningún payo se les asomará jamás.

Si alguna vez sientes que estas vivo, puede ser en un sitio parecido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si te acaricio la cara, tienes que darme un beso (El Cigala)

Chocho_lindo dijo...

Me encantan las lagrimas negras, gracias Prota.