Un muro de unos 5 metros de altura nos separaba de nuestro cometido, era difícil pero no imposible, tenías que estar ágil, sobrao de morro y tener entre 14 y 16 años, con eso era más que suficiente para conseguirlo. La cosa consistía en salir disparado contra el muro para coger impulso poniendo un pie sobre el zócalo que estaba a un metro veinte de altura y agarrarte con las dos manos al borde del ventanuco que formaban los arcos, una vez colgado en ese borde tenías que subirte a pulso con mucho cuidado para poder agarrarte un poco mas arriba en una especie de barandilla que era donde realmente estabas mas seguro, una vez ahí arriba solo tenías que esperar a que uno de los matones contratados por la empresa promotora del evento se diese la vuelta y descolgarte dejándote caer, esta vez con un poco mas de altura porque el anillo exterior del coso esta por debajo de la superficie de la calle. Una vez conseguido, mezclado con el resto de asistentes buscabas a tus colegas y a disfrutar.
Así vi a Barón Rojo, Leño, Miguel Rios, Ñu y otros tantos en la plaza de toros de Albacete, lo de pagar y hacer cola como el resto de los mortales me vino mas tarde, seguramente cuando empecé a trabajar.
Así vi a Barón Rojo, Leño, Miguel Rios, Ñu y otros tantos en la plaza de toros de Albacete, lo de pagar y hacer cola como el resto de los mortales me vino mas tarde, seguramente cuando empecé a trabajar.
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