martes, 7 de octubre de 2008

CHAMPAN Y MUJERES

Acababa de reencontrarme con una relación anterior que por cuestiones poco importantes como probablemente nuestra corta edad o pequeñas diferencias en nuestras necesidades mas inmediatas habían acabado con el rollete noviero que llevábamos unos meses antes.

Un día, no recuerdo ahora por qué, decidimos darnos una segunda oportunidad y una vez recogida a la salida del trabajo y ya delante de un platico de forro, con unas bravas y unas cervecicas, fuimos retomando conversaciones atrasadas, poniéndonos al día con historias de conocidos comunes, lanzándonos unas miradicas y todas esas cosicas que solemos hacer cuando estamos tonticos por alguien y que si no las habéis hecho nunca pues peor para vosotr@s. Un poco mas tarde, ya con un cubatica o dos en algún Pub. Pues que si te cojo la manica, que si te rozo la pierna, que si te paso la mano por el lomico, que si te muerdo el labio… que si nos va ha decir el camarero que si no tenemos cama…. ¡Pues no! No teníamos cama, vivíamos con nuestros respectivos papás y lo único con lo que contábamos era con mi Renault siete de cuarta mano (ese que era como el R5 pero con culote para el maletero) todo un lujo para unos guachos.

Con el calentón ya encima, decidí coger el auto y encaminarme con mi mente fija hacia un sitio concreto. Era un lugar de esos tranquilos donde suelen ir las parejas que solo disponen de la intimidad que les brinda un vehículo para meterse mano. Estaba en las afueras de la ciudad, con unos arbolicos, tranquilo, oscuro y con la única compañía de otros vehículos haciendo lo mismo que nosotros. Hacía tan solo un par de semanas que había estado en ese mismo lugar. Me dirigía hacia allí con mi musiquita en el radio-cassette, acariciando a mi acompañante cuando el cambio de marchas me daba un respiro, todo contento y excitado cuando de repente al doblar la última curva me encuentro unos montones de obras, una retro de esas pequeñas y una zanja. ¡CAAATACLAS! Aunque frené, el ABS ni siquiera estaba inventado y el coche se quedó con las dos ruedas delanteras colgando en el aire en mitad de la zanja, que aunque no era muy profunda (50 ó 60 cm.) jodía lo suficiente para no poder sacarlo de ahí. ¡Eeeaaa pos nada!...cabreo….me cago en la puta…. los dos fuera del coche…¿Y ahora que hacemos?...

En todas esas cuestiones andábamos cuando a lo lejos se ve venir un coche y conforme se acercaba, el sonido de su música a toda hostia me hizo pensar que mejor no pararles para que nos ayudasen no fuese que encima nos atracasen o algo por el estilo. Me hago el loco mirando las ruedas del coche y le hago una seña a mi acompañante para que hiciese lo mismo. El vehículo pasó lentamente con un alboroto increíble dentro y cuando creía que ya se largaban vi el resplandor rojo de las luces de freno… ¡YA ESTA LIÁ! Pensé.

¿QUE PAAASAAA? Preguntaba el primero que ya había salido del coche y se dirigía hacia nosotros dando trompicones. ¿ALGUN POBLEMA? Indagaba el segundo dando voces desde el vehículo ¿DONDE IBAIS? Nos decía una fémina en tonito chistoso también desde el interior ¿QUEREIS CHAMPAN? Nos espeta otra voz femenina de la que ya se veía medio cuerpo fuera del coche alzando una botella en su mano izquierda ¿¿¿???

Lo que en un primer momento pintaba mal, acabó de manera más que satisfactoria, incluso diría que entrañable. Resultaron ser un@s cachond@s que estaban de juerga y adoptaron una actitud paternalista que no dejaba de ser como poco, llamativa. Entre bromas y risas a nuestra costa nos metimos todos en la zanja y a la de tres logramos subir las ruedas al asfalto. Tuvimos que beber champán, una insistía en que fumase de un porro ¡PÁ QUE SE TE QUITE EL SUSTO! Me decía partiéndose de risa con un globazo de esos del quince, ¿QUEREIS PÁ UNA HABITACIÓN? Exclamaba otro echándose las manos a los bolsillos. ¡GRACIAS, GRACIAS DE VERDAD, MUCHAS GRACIAS! No paraba de agradecérselo mientras se metían en el coche continuando su festivalera jornada nocturna. Mi calentón había desaparecido en el mismo instante en que pisé el freno, ¡OTRO DÍA SERÍA!

La conclusión más importante que saco de todas estas anécdotas que os cuento es que encerrado en mi cuarto haciendo crucigramas ME LAS HUBIESE PERDIDO y en tal caso ¿QUÉ COÑO ESTARIAS HACIENDO VOSOTROS EN ESTE PRECISO INSTANTE?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

help me.

Anónimo dijo...

jajaj pues seguramente yo estaba en algun asiento trasero de un coche echando un kiki jejej mala suerte la tuya cuerpoooo jajaj na, que eso nos a pasao a casi todos..a mi se me quedó el coche en medio de un charco enorme y despues de ponerme hasta los sobacos de barro y agua, no pudimos sacar el coche...menudo cachondeo los de la grua..vaya tela...un besaco cuerpoooo