sábado, 21 de septiembre de 2013

Se tocaba los bajos



Si, se frotaba constantemente con las yemas de los dedos. Por encima del pantalón, por debajo de las braguitas, en el trabajo, en casa, en el supermercado.

Ya había probado la crema esa chily, el vaginesil, la lejía, el estropajo… “Jooodeeerrr, por lo visto, el frotar no se va a acabar nunca”. Meditaba angustiada.

Estuvo en el médico, en un curandero y hasta en un programa de la tele…pero nada, ella seguía rascándose toda la entrepierna. Se tocaba el bulbito al ducharse. Se masajeaba la zona clitoriana al acostarse. Se restregaba en los brazos del sofá. Se metía consoladores, pepinos, nabos, cuellos de botella, un Nokia 5110, rabos de escoba, pilas, su cepillo Oral-B, bolas chinas, sardinas congelás…

No podía parar, a la menor ocasión se introducía en la rajita el mango de los destornilladores, el lector de códigos de barras, el bote del orégano, palitos de merluza, el pitorro de la manguera del patio, linternas, tripas de salchichón, botecitos de fragancias……

Empezó a creerse una enferma.

Dioooosssss …lo único que le faltaba a la muy perraca, era follar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajajaja siii solo eso le hacia falta