jueves, 19 de septiembre de 2013

260 kilos



Intentaba sin ningún éxito levantarla. Ni yo mismo apenas podía tenerme en pie.

Una señora que arrastraba un carrito de la compra se apenó tanto de mí que se ofreció a ayudarme.

.- Buchas gacias ssseñora, nnn no se preooogcupe, solo se me ha egggcurrido un boco

Allí en la puerta de la cochera, abatida en la acera estaba mi moto. Otra vez se me había olvidado ponerle la patacabra antes de bajarme de ella. Por algún extraño motivo gravitatorio la muy hija puta se caía al suelo en cuanto la soltaba.

Tras vanos intentos y la indiferencia de unos pocos, la suerte se puso de mi lado.

.-¡¡¡Venga colega!!! ¡¡¡Yo te ayudo!!! ¡¡¡Pilla de ahí!!!¡¡¡A la de tres!!! ¡¡¡Fáaaleeee!!!

La moto, ya tumbada del otro lado, tenía dos borrachos encima que parecían follarse cada uno una rueda.

¡¡¡Viva el vino!!!

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