Si. Después de unos largos meses
desesperantes, por fin encuentro una ocupación que creo me va a durar mucho
tiempo. Tengo faena para rato.
Escogí un nombre al azar de una larga
lista y me puse a investigar por Internet. Imágenes, rutinas, direcciones, aparecía
hasta en la wikipedia, “manda cojones”. Me entero de que pierde un ojo jugando
con su hermano de pequeño. De adolescente se dedica a perseguir a los hijos de
los rojos y darles palizas y de toda su vida obra y milagros hasta nuestros días.
Que por cierto no tiene desperdicio alguno. La verdad es que me entretiene
bastante este nuevo trabajo mío.
Un día decido que ya estoy
preparado para pasar a la acción. Me desplazo hasta su ciudad y espero
pacientemente por sus dominios, demasiados para controlarlos todos, por lo que
me centro en el chalet de Platgetes de Bellver.
Gracias a un software telefónico me entero de que al día siguiente comerá en “El Canyar”, un conocido restaurante en la calle Segorbe, en pleno centro de Valencia. Allí que me desplazo, reservo una mesa y espero pacientemente saboreando un excelente Carmelo Rodero de entre las más de ocho mil botellas de la bodega. Por fin le entraron ganas de mear al hijo de puta. Fue fácil, rollo talegero, cuatro punzadas bien profundas en su recién estrenado hígado y a otra cosa. Un Carlos Fabra menos que juzgar. Así soy yo, ahorrando dinero a los contribuyentes.
Gracias a un software telefónico me entero de que al día siguiente comerá en “El Canyar”, un conocido restaurante en la calle Segorbe, en pleno centro de Valencia. Allí que me desplazo, reservo una mesa y espero pacientemente saboreando un excelente Carmelo Rodero de entre las más de ocho mil botellas de la bodega. Por fin le entraron ganas de mear al hijo de puta. Fue fácil, rollo talegero, cuatro punzadas bien profundas en su recién estrenado hígado y a otra cosa. Un Carlos Fabra menos que juzgar. Así soy yo, ahorrando dinero a los contribuyentes.
Tengo una lista de 730 imputados
en casos de corrupción política. Ya no estoy en el paro.
Me voy a Sevilla, me encanta el farlopero Javier Guerrero, el de los ERE
de Andalucía.