Miró fijamente a los ojos del infante de la imagen y comenzó a cubrirle una espesa niebla de nostalgia que deseó le arrastrase al interior de la fotografía. Trasladarse a otras épocas de sosegada paz extraviada ahora con el paso de los años. Al apego incalculable de una joven madre y la seguridad imbatible de la mano de su padre. Se sintió un pajarico desangelado y recordó el olor de la leña quemándose en la chimenea y la figura de un abuelo que leía al sol.
Candida existencia profanada por el tiempo. Irremediablemente agotada en el transcurso de soplidos a velas de cumpleaños.
Andaban como siempre, en una terraza de bar comiendo pipas y bebiendo cerveza. Cuando quisieron unirse al resto de transeúntes ya fue demasiado tarde. Se habían convertido en unas viejas cacatúas devoradoras de pipas.