El otro día me dio por actualizar mi curriculum vitae. Tal y como están las cosas siempre es mejor ser un tanto previsor, nunca se sabe…. Ahora soy todo un Sr. Direstor de un departamento de una gran multinacional, mi trabajo consiste eeeennn …..¿Dirigir? bueno pos eso será lo que hago, digo yo. El caso es que no siempre ha sido así. Después de tener un accidente con mi avioneta cuando era fumigador de bancales allá en el Perú, le cogí pánico a eso de los pesticidas y puse los pies en la tierra….¡Me hice limpiador de chicles en florida!, no ganaba mucho, pero cuando me tocaba la zona de Palm Beach, el disfrute del paisaje lleno de lindas mujeres en bikini, rubitas, morenitas, pelirrojitas, todas bronceaditas……En fin, estuvo bien por un tiempo pero como he dicho antes, el sueldo era una mierda y decidí aumentar mis ingresos buscando algo que pagasen mucho más, bastante más.
Conservaba una tarjeta de un tipo con el que coincidía de vez en cuando en una whiskeria al lado del Greenwood Shoping Centre de la 10 Th Ave N, en Palm Springs. El tipo funcionaba bien. Entre que si le metíamos un billete en la goma del tanga a la bailarina de turno, que si nos echábamos un cigarro y esas cosas, después del tercer whisky ¡Más amigos que gorrinos! Total que me ofreció encargarme de una zona geográfica de su negocio que él no podía abarcar y que tenía muy desatendida. El tipo era catador de alimento para perros, probaba y examinaba muestras, realizaba informes de resultados, experimentaba los productos con animales de acaudalados dueños…. ¡Resumiendo! Que me quedé con la zona costera que va de Jacksonville a Charleston……Coche, móvil, un buen sueldo….¡Pero me entró la morriña!
¡Ea pos que se le va hacer! ¡Me tiraba mi España! Con su jamón, su queso y su tortilla de patatas. Total que me vine pá cá y quise hacer lo mismo por la costa levantina sin demasiada suerte. Probé también por la costa del sol y al final sin demasiados recursos acabé en un puticlub de Huelva, cantando coplas disfrazado de Concha Piquer ¡No creáis que estaba mal! Hacía cuatro pases de media hora entre las nueve y las dos de la madrugada y me sacaba 800 leuros por semana, copas gratis, de vez en cuando me cepillaba alguna puta y algún cliente exaltao me invitaba a sustancias prohibidas…¡Y respetao oye! Que allí nadie se reía de lo que hacía, es más a las chicas del local de vez en cuando se les escapaba alguna lagrimica…. ¡Haaa que tiempos aquellos!…
Bueno, lo de cómo acabé de direstor de algo, da para otra entrada, pero os cuento todo esto porque el otro día me reuní con un tipo que en la sobremesa comentó algo sobre recoger pelotas de golf del fondo del mar en Dubait y la verdad es que puede ser una salida interesante.
El problema lo tengo en el currículo, no encuentro en el puto infojobs las jodías casillas donde seleccionar mi experiencia profesional. No sé, lo encuentro todo como demasiao conservador, cuadriculao, como muy cerrao.
viernes, 19 de febrero de 2010
lunes, 15 de febrero de 2010
HÉROES DE SEGUNDA
Apenas conocemos los casos de unos cuantos hombres que han expuesto su vida al enfrentarse físicamente con agresores de mujeres. El 16 de noviembre del pasado año, un joven madrileño de 25 años, recibió una puñalada por defender a una mujer que estaba siendo agredida. En el 2008 en Jaén, a un joven de 27 años le multaron con 90 euros por liarse a puñetazos con el ex novio de una chica que estaba siendo agredida. También el pasado año un joven marroquí recibió un disparo en el riñón por defender a una mujer (en un primer momento la policía creyó que él era el agresor). El caso mas reciente es el del joven chino que recibió tres puñaladas, una en el tórax, una en el abdomen y otra en el hombro por defender a una trabajadora, de su ex marido que venía cuchillo en mano a cargársela. Como estos, he encontrado otros tres casos más, tan solo echándole 10 minutos al Internet.
Sin embargo el caso que más repercusión ha tenido en los medios y del que la mayoría nos acordamos es el del “Héroe por excelencia”, el profesor Neira. Este “valiente justiciero”, por lo que se está sabiendo ahora, en realidad no se acercó a menos de 15 metros de donde el supuesto maltratador agredía a su victima y su “valerosa actuación” consistió en increpar desde lejos lanzando insultos del tipo “maricón, chulo, hijo de puta y cucaracha”, pero insisto, “desde lejos” tal y como el mismo declaró en el juicio. A la tercera o cuarta vez que les increpó fue cuando Antonio Puerta le metió una hostia al Sr. Neira. Para nada estoy defendiendo a este último, solo estoy pensando en qué clase de figura ponemos como ejemplo de actitud cívica y ensalzamos a los altares de “Héroe”.
Nuestro “Héroe” padecía desde antes del incidente de graves afecciones cardiacas. Dos médicos forenses declararon que lo ocurrido le podía haber pasado de múltiples maneras y que el puñetazo no podía probarse que fuese la causa de lo sucedido días después. En ninguno de los tres centros sanitarios que visitó le realizaron un escáner. Ingreso en un hospital varios días después del incidente. La presunta victima de maltrato (Violeta Santander) siempre ha defendido que no estaba siendo agredida y que se trataba de una discusión de pareja. El presunto maltratador lleva 17 meses en prisión por dar un puñetazo (que parece ser lo único que realmente se ha probado).
Sin embargo el Sr. Neira, ha recibido la cruz del merito civil y como dijo la ministra de igualdad, es “el espejo” en el que cada ciudadano nos debemos mirar. Las organizaciones de mujeres se lo rifan para que acuda a sus actos. Le nombraron presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, con su cochecito oficial y su sueldo y todo (Así se olvidó de demandar a los servicios sociales) y por último se nos ha hecho tertuliano de programas de televisión, cobrando también por ello, faltaría mas.
Si en una discusión, solo se atrevió a increpar desde unos metros ¿Qué hubiese hecho nuestro “Héroe” si el presunto maltratador blandiera cuchillo en mano? Confundir una actuación nada efectiva por cierto, con un acto heroico, es lo que se ha conseguido una vez más desde los medios de manipulación/comunicación.
De los que realmente se ha demostrado que han puesto su vida en peligro por defender una agresión, los que se han interpuesto entre un cuchillo o una pistola y su victima, apenas hemos oído unos segundos en las noticias del día. Y pienso yo…¿No será que a día de hoy para ser “Héroe” también es necesaria una titulación? Bueno… una titulación y un atajo de buitres detrás que manipulen la desinformación, otros poquitos que arañen unos cuantos votos y otros tantos que aumenten la audiencia televisiva y ya esta, ya tenemos a nuestro superman colado de lleno en el circo mediático.
¡Pero que no pasa nada coño! ¡Que aquí hacemos héroe a quien nos sale de los cojones! Si algunos se han empeñao en este tío, pos este mismo, que pá eso tiene estudios. Los otros “héroes de segunda” que sigan curando las cicatrices en sus curritos de carpinteros, de albañiles o de camareros ¿Quien los necesita?
Que se lo pregunten a las mujeres que salvaron. De estas últimas ninguno sabemos nada, sin embargo todos conocemos a una que se ha artado hasta la saciedad de repetir, que no se siente maltratada, que no puso denuncia alguna y que jura que no la salvaron de nada.
¿¿¿¿¿?????
A mí me da un tufillo como que el Sr. Neira tiene de héroe lo que yo de monaguillo.
Sin embargo el caso que más repercusión ha tenido en los medios y del que la mayoría nos acordamos es el del “Héroe por excelencia”, el profesor Neira. Este “valiente justiciero”, por lo que se está sabiendo ahora, en realidad no se acercó a menos de 15 metros de donde el supuesto maltratador agredía a su victima y su “valerosa actuación” consistió en increpar desde lejos lanzando insultos del tipo “maricón, chulo, hijo de puta y cucaracha”, pero insisto, “desde lejos” tal y como el mismo declaró en el juicio. A la tercera o cuarta vez que les increpó fue cuando Antonio Puerta le metió una hostia al Sr. Neira. Para nada estoy defendiendo a este último, solo estoy pensando en qué clase de figura ponemos como ejemplo de actitud cívica y ensalzamos a los altares de “Héroe”.
Nuestro “Héroe” padecía desde antes del incidente de graves afecciones cardiacas. Dos médicos forenses declararon que lo ocurrido le podía haber pasado de múltiples maneras y que el puñetazo no podía probarse que fuese la causa de lo sucedido días después. En ninguno de los tres centros sanitarios que visitó le realizaron un escáner. Ingreso en un hospital varios días después del incidente. La presunta victima de maltrato (Violeta Santander) siempre ha defendido que no estaba siendo agredida y que se trataba de una discusión de pareja. El presunto maltratador lleva 17 meses en prisión por dar un puñetazo (que parece ser lo único que realmente se ha probado).
Sin embargo el Sr. Neira, ha recibido la cruz del merito civil y como dijo la ministra de igualdad, es “el espejo” en el que cada ciudadano nos debemos mirar. Las organizaciones de mujeres se lo rifan para que acuda a sus actos. Le nombraron presidente del Consejo Asesor del Observatorio contra la Violencia de Género de la Comunidad de Madrid, con su cochecito oficial y su sueldo y todo (Así se olvidó de demandar a los servicios sociales) y por último se nos ha hecho tertuliano de programas de televisión, cobrando también por ello, faltaría mas.
Si en una discusión, solo se atrevió a increpar desde unos metros ¿Qué hubiese hecho nuestro “Héroe” si el presunto maltratador blandiera cuchillo en mano? Confundir una actuación nada efectiva por cierto, con un acto heroico, es lo que se ha conseguido una vez más desde los medios de manipulación/comunicación.
De los que realmente se ha demostrado que han puesto su vida en peligro por defender una agresión, los que se han interpuesto entre un cuchillo o una pistola y su victima, apenas hemos oído unos segundos en las noticias del día. Y pienso yo…¿No será que a día de hoy para ser “Héroe” también es necesaria una titulación? Bueno… una titulación y un atajo de buitres detrás que manipulen la desinformación, otros poquitos que arañen unos cuantos votos y otros tantos que aumenten la audiencia televisiva y ya esta, ya tenemos a nuestro superman colado de lleno en el circo mediático.
¡Pero que no pasa nada coño! ¡Que aquí hacemos héroe a quien nos sale de los cojones! Si algunos se han empeñao en este tío, pos este mismo, que pá eso tiene estudios. Los otros “héroes de segunda” que sigan curando las cicatrices en sus curritos de carpinteros, de albañiles o de camareros ¿Quien los necesita?
Que se lo pregunten a las mujeres que salvaron. De estas últimas ninguno sabemos nada, sin embargo todos conocemos a una que se ha artado hasta la saciedad de repetir, que no se siente maltratada, que no puso denuncia alguna y que jura que no la salvaron de nada.
¿¿¿¿¿?????
A mí me da un tufillo como que el Sr. Neira tiene de héroe lo que yo de monaguillo.
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lunes, 8 de febrero de 2010
EL CATEDRÁTICO
Tan solo han sido dos, las ocasiones en las que, por circunstancias de la vida me ha tocado compartir mesa y mantel con semejante erudito. ¡Que dicción! ¡Que maestría! Que manera tan elegante de enriquecer con su presencia a todos sus acompañantes a la mesa. ¡Gracias dios mío! Por haberme permitido disfrutar de unos momentos plenos de sabiduría en estado puro.
Cual pavo real en un pomposo jardín de la aristocracia francesa del siglo XVIII, despliega sus plumas minorando cualquier cosa o persona que tenga en derredor. Él no habla, él sentencia, como si de un honorable y sabio juez se tratase, el más nimio tema de conversación cobra en su boca la importancia de asunto de estado, de magnánima e incuestionable razón que por descontado el resto de contertulios jamás debiéramos atrevernos a discutirle.
¡Virgen del amor hermoso! Pero como se nos ocurre siquiera opinar sobre la metamorfosis de Kafka cuando nuestro ilustrado y docto partenaire intenta culturizarnos sobre el precio de la barra de pan, sobre el penalti que le anularon a Cristiano Ronaldo o sobre si la playa de Gandia es mejor que la de San Juan.
Su total falta de humildad y su desprecio hacia la opinión del resto de comensales le juegan constantemente la mala pasada de creerse varios escalones por encima de todos los demás. Este aventurero de todo a cien, no habla, se escucha.
Unos días de vacaciones en el pueblo, una escapada de fin de semana con tu pareja o una comida en cualquier restaurante, puede llegar a ser algo de lo mas normal para el resto de mortales, pero ojo, narrado por nuestro pedagogo particular se convierte en algo único, irrepetible y exclusivo que solo unos pocos afortunados como él pueden describir para dejarnos a los demás con la boca abierta y el hilillo de baba derramándose sobre nuestra camisa. Deberíamos aprender, e ir donde él ha estado, comer lo que él ha comido y ver lo que él ha visto.
¡La madre que lo parió! Sentado frente a tal derroche de prepotencia, uno se pregunta si el colega se creerá que es un agente doble de la CIA, corresponsal de guerra en Afganistán, el propio Stallone despachándose a unos “Charlies” o el mismísimo 007. Pero no, nada de todo esto, él en realidad es; PORTERO DE ESCUELA, ¡Uuuiii! Perdonadme, no he hablado con propiedad, en realidad es bedel de la universidad. El colega chana un huevo sobre las diferentes formas de atasco de papel en la fotocopiadora, sobre los sacapuntas y gomas de borrar a incluir en el pedido del material de oficina y sobre pasarle las llamadas a sus superiores, es decir a todo el mundo que labora en su centro de trabajo puesto que él ocupa el nivel mas bajo en la jerarquía de su entorno profesional.
Profesiones dignas donde las haya y comparaciones aparte, he almorzado varias veces con pastores que me han aportado más en diez minutos de lo que pueda aportarme este subnormal en toda una vida.
Como este valiente gilipollas dijo y se quedó tan pancho; La ignorancia es muy atrevida.
Cual pavo real en un pomposo jardín de la aristocracia francesa del siglo XVIII, despliega sus plumas minorando cualquier cosa o persona que tenga en derredor. Él no habla, él sentencia, como si de un honorable y sabio juez se tratase, el más nimio tema de conversación cobra en su boca la importancia de asunto de estado, de magnánima e incuestionable razón que por descontado el resto de contertulios jamás debiéramos atrevernos a discutirle.
¡Virgen del amor hermoso! Pero como se nos ocurre siquiera opinar sobre la metamorfosis de Kafka cuando nuestro ilustrado y docto partenaire intenta culturizarnos sobre el precio de la barra de pan, sobre el penalti que le anularon a Cristiano Ronaldo o sobre si la playa de Gandia es mejor que la de San Juan.
Su total falta de humildad y su desprecio hacia la opinión del resto de comensales le juegan constantemente la mala pasada de creerse varios escalones por encima de todos los demás. Este aventurero de todo a cien, no habla, se escucha.
Unos días de vacaciones en el pueblo, una escapada de fin de semana con tu pareja o una comida en cualquier restaurante, puede llegar a ser algo de lo mas normal para el resto de mortales, pero ojo, narrado por nuestro pedagogo particular se convierte en algo único, irrepetible y exclusivo que solo unos pocos afortunados como él pueden describir para dejarnos a los demás con la boca abierta y el hilillo de baba derramándose sobre nuestra camisa. Deberíamos aprender, e ir donde él ha estado, comer lo que él ha comido y ver lo que él ha visto.
¡La madre que lo parió! Sentado frente a tal derroche de prepotencia, uno se pregunta si el colega se creerá que es un agente doble de la CIA, corresponsal de guerra en Afganistán, el propio Stallone despachándose a unos “Charlies” o el mismísimo 007. Pero no, nada de todo esto, él en realidad es; PORTERO DE ESCUELA, ¡Uuuiii! Perdonadme, no he hablado con propiedad, en realidad es bedel de la universidad. El colega chana un huevo sobre las diferentes formas de atasco de papel en la fotocopiadora, sobre los sacapuntas y gomas de borrar a incluir en el pedido del material de oficina y sobre pasarle las llamadas a sus superiores, es decir a todo el mundo que labora en su centro de trabajo puesto que él ocupa el nivel mas bajo en la jerarquía de su entorno profesional.
Profesiones dignas donde las haya y comparaciones aparte, he almorzado varias veces con pastores que me han aportado más en diez minutos de lo que pueda aportarme este subnormal en toda una vida.
Como este valiente gilipollas dijo y se quedó tan pancho; La ignorancia es muy atrevida.
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viernes, 5 de febrero de 2010
OJOS VERDES
Apoyá en el quicio de la mancebía,
miraba encenderse la noche de Mayo.
Pasaban los hombres y yo sonreía,
hasta que en mi puerta paraste el caballo.
Serrana me das candela y yo te dije gaché.
Ay ven y tómame mis labios y yo fuego te daré.
Dejaste el caballo y lumbre te di
y fueron dos verdes luceros de Mayo tus ojos pá mí.
Arriba en el estante junto a las hormas de madera, sonaba la copla en una radio de válvulas. Casi escondida. Apenas lo justo para dejar que su altavoz cumpliera su función. Sus dos únicos potenciómetros, el del volumen y el del dial, estaban tapados por los trozos de retales de piel curtida que colgaban de la estantería de arriba. La estancia era pequeña, los materiales y los utensilios repartidos a mí alrededor concedían un caos perfectamente establecido. Leznas, cepillos, engrudos, betunes, clavos, hilo de bramante, martillos, papel de lija…. y zapatos, muchos zapatos…. botines, sandalias de esparto, botas, polainas. Para ir el domingo a la iglesia, los de las hijas de don Frasquito, el médico, las botas de cazar de Don Jorge, el alcalde, los zapatos del traje de gala del teniente Roberto, el máximo responsable en la comandancia de la guardia civil, unas botas de jugar al fútbol del Pedrete, el hijo del panadero, los zapatos para la comunión de la hija de Alejandro el del bar de la plaza y otros muchos más repartidos por cada hueco de los estantes y en el suelo.
Siendo yo muy pequeño, cada vez que íbamos al pueblo a visitar a la familia, me gustaba escaparme por las callejuelas y entrar en ese pequeño cosmos impregnado de olor a piel curtida, madera vieja y betún. Me sentaba en un tocón de chopo y le escuchaba mientras él, inclinado en la piedra esmeril, repasaba con pericia el tacón de alguna bota. Me contaba historias sobre un yacimiento de tierra blanca que había a unos pocos kilómetros del pueblo, me hablaba de cuando los moros, de historias de tesoros que le había contado su padre, de la noche de las ánimas, de cuando la guerra.
Era un tipo serio, un hombre de los de antes, alto, moreno, bien parecido, con los dedos amarillos de fumar “Ideales” y gran devorador de novelas. Hace algunos años un cáncer de garganta se lo llevó.
Un soleado día de mayo, mientras lo enterrábamos, el párroco estaba diciendo la última oración frente al nicho junto a todos los presentes. Al otro lado de la valla del cementerio, de la radio de la cabina de un tractor varado en el bancal contiguo, nos llegaban los acordes de una canción;
Ojos verdes, verdes como, la albahaca.
Arriba en el estante junto a las hormas de madera, sonaba la copla en una radio de válvulas. Casi escondida. Apenas lo justo para dejar que su altavoz cumpliera su función. Sus dos únicos potenciómetros, el del volumen y el del dial, estaban tapados por los trozos de retales de piel curtida que colgaban de la estantería de arriba. La estancia era pequeña, los materiales y los utensilios repartidos a mí alrededor concedían un caos perfectamente establecido. Leznas, cepillos, engrudos, betunes, clavos, hilo de bramante, martillos, papel de lija…. y zapatos, muchos zapatos…. botines, sandalias de esparto, botas, polainas. Para ir el domingo a la iglesia, los de las hijas de don Frasquito, el médico, las botas de cazar de Don Jorge, el alcalde, los zapatos del traje de gala del teniente Roberto, el máximo responsable en la comandancia de la guardia civil, unas botas de jugar al fútbol del Pedrete, el hijo del panadero, los zapatos para la comunión de la hija de Alejandro el del bar de la plaza y otros muchos más repartidos por cada hueco de los estantes y en el suelo.
Siendo yo muy pequeño, cada vez que íbamos al pueblo a visitar a la familia, me gustaba escaparme por las callejuelas y entrar en ese pequeño cosmos impregnado de olor a piel curtida, madera vieja y betún. Me sentaba en un tocón de chopo y le escuchaba mientras él, inclinado en la piedra esmeril, repasaba con pericia el tacón de alguna bota. Me contaba historias sobre un yacimiento de tierra blanca que había a unos pocos kilómetros del pueblo, me hablaba de cuando los moros, de historias de tesoros que le había contado su padre, de la noche de las ánimas, de cuando la guerra.
Era un tipo serio, un hombre de los de antes, alto, moreno, bien parecido, con los dedos amarillos de fumar “Ideales” y gran devorador de novelas. Hace algunos años un cáncer de garganta se lo llevó.
Un soleado día de mayo, mientras lo enterrábamos, el párroco estaba diciendo la última oración frente al nicho junto a todos los presentes. Al otro lado de la valla del cementerio, de la radio de la cabina de un tractor varado en el bancal contiguo, nos llegaban los acordes de una canción;
Ojos verdes, verdes como, la albahaca.
Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes con brillo de faca
que se han clavaito en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles, lucero, ni luna,
No hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes como la albahaca.
Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón.
Vimos desde el cuarto despertar el día,
Vimos desde el cuarto despertar el día,
y sonar el alba en la torre la vela.
Dejaste mi brazo cuando amanecía
y en mi boca un gusto a menta y canela.
Serrana para un vestido yo te quiero regalar.
Yo te dije está cumplio, no me tienes que dar ná.
Subiste al caballo, te fuiste de mí,
y nunca otra noche mas bella de Mayo han vuelto a vivir.
La copla ya sabéis que es la famosa “Ojos verdes” del maestro Quiroga.
¿El zapatero?…. mi tío Gregorio.
La copla ya sabéis que es la famosa “Ojos verdes” del maestro Quiroga.
¿El zapatero?…. mi tío Gregorio.
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