El otro día, un amigo y un servidor nos pegamos una ruta en moto bastante decente y nos fuimos a Ronces Valles. Carreteras comárcales, de montaña, viejas nacionales, autovías y autopistas, bucólicos parajes, bosques, infinidad de pueblecitos y muchas imágenes en la retina.
De todas esas imágenes, recuerdo una especialmente triste… en el tramo de carretera desde Pamplona a Ronces Valles, pasamos por pueblecitos como Erro, Zubiri, Agorreta y algunos otros. Pueblos perfectamente integrados en la montaña dentro de un apacible entorno. Al pasar por uno de ellos, captó mi atención una alambrada con espino en su parte superior, cámaras en todas las esquinas del perímetro y otras medidas de seguridad. Era un cuartel de la guardia civil. Dentro estaban los Todo Terreno, las viviendas y algo que en principio vi bastante normal, un grupo de chavales de distintas edades jugando a la sombra en unas escaleras.
Tan solo habíamos salido del pueblo unos pocos metros cuando empecé a pensar que; ¡QUE GRAN PUTADA! Esos crios que viven en un entorno envidiable, apenas pueden disfrutarlo, si no es bajo la estricta vigilancia de sus progenitores. Mientras, los hijos de los otros, los que supuestamente viven bajo “la represión del estado español”, campan a sus anchas exhibiendo con orgullo su patético uniforme de aprendiz de etarra o de cachorro de la Kale Borroka (pelo corto por delante, largo por detrás y el imprescindible pendiente de aro). Son los gallardos y valientes abertzales (patriotas, en euskera). Estos que tienen ahora entre 16 y 18 años y que cuando tiran piedras o queman cajeros, contenedores y autobuses quieren creerse que sufren en sus carnes torturas, humillaciones y todo tipo de vejaciones por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
¿¿¿¿????? Los represores viven en una especie de cárcel o ghetto esperando que cualquier día les asesinen cobardemente por la espalda o les pongan una bomba que mate también a algunos de sus hijos, y los supuestos reprimidos viven fuera disfrutando de plena libertad, sin la necesidad de tener ojos en el cogote y despotricando gilipolleces de descerebrados ¿¿¿¿????
Que tristeza comprobar que lo que debería ser normal a día de hoy, es decir que todos los chavales del pueblo estuvieran pasándoselo de puta madre en sus vacaciones de verano, no pueda ser posible porque algunos de ellos se han dejado lavar el cerebro por unos pocos bastardos que a día de hoy no saben o no quieren hacer otra cosa y siguen alimentando una semilla huera, vacía, gastada, manida, obsoleta, vana, insustancial………
Que pena da pensar, que unos magníficos paisajes y unas respetables gentes, tengan enquistada en sus entrañas una mafiosa minoría de chorizos que con un arma en la mano, aun nos quieran convencer de que lo suyo es una causa justa.
Triste, pero real.
De todas esas imágenes, recuerdo una especialmente triste… en el tramo de carretera desde Pamplona a Ronces Valles, pasamos por pueblecitos como Erro, Zubiri, Agorreta y algunos otros. Pueblos perfectamente integrados en la montaña dentro de un apacible entorno. Al pasar por uno de ellos, captó mi atención una alambrada con espino en su parte superior, cámaras en todas las esquinas del perímetro y otras medidas de seguridad. Era un cuartel de la guardia civil. Dentro estaban los Todo Terreno, las viviendas y algo que en principio vi bastante normal, un grupo de chavales de distintas edades jugando a la sombra en unas escaleras.
Tan solo habíamos salido del pueblo unos pocos metros cuando empecé a pensar que; ¡QUE GRAN PUTADA! Esos crios que viven en un entorno envidiable, apenas pueden disfrutarlo, si no es bajo la estricta vigilancia de sus progenitores. Mientras, los hijos de los otros, los que supuestamente viven bajo “la represión del estado español”, campan a sus anchas exhibiendo con orgullo su patético uniforme de aprendiz de etarra o de cachorro de la Kale Borroka (pelo corto por delante, largo por detrás y el imprescindible pendiente de aro). Son los gallardos y valientes abertzales (patriotas, en euskera). Estos que tienen ahora entre 16 y 18 años y que cuando tiran piedras o queman cajeros, contenedores y autobuses quieren creerse que sufren en sus carnes torturas, humillaciones y todo tipo de vejaciones por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
¿¿¿¿????? Los represores viven en una especie de cárcel o ghetto esperando que cualquier día les asesinen cobardemente por la espalda o les pongan una bomba que mate también a algunos de sus hijos, y los supuestos reprimidos viven fuera disfrutando de plena libertad, sin la necesidad de tener ojos en el cogote y despotricando gilipolleces de descerebrados ¿¿¿¿????
Que tristeza comprobar que lo que debería ser normal a día de hoy, es decir que todos los chavales del pueblo estuvieran pasándoselo de puta madre en sus vacaciones de verano, no pueda ser posible porque algunos de ellos se han dejado lavar el cerebro por unos pocos bastardos que a día de hoy no saben o no quieren hacer otra cosa y siguen alimentando una semilla huera, vacía, gastada, manida, obsoleta, vana, insustancial………
Que pena da pensar, que unos magníficos paisajes y unas respetables gentes, tengan enquistada en sus entrañas una mafiosa minoría de chorizos que con un arma en la mano, aun nos quieran convencer de que lo suyo es una causa justa.
Triste, pero real.
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2 comentarios:
GORA ESPAÑA!! Sin palabras Solo asco Mucho asco Ojalá los demócratas electos que ahora dirigen el pueblo vasco, les vayan apretando el cuello hasta ahogarlos bajo la mirada del fascismo abertzale, del clero abertzale y de esos, que ahora destronados, no han sido otra cosa que abertzales disfrazados Que las alambradas los cerquen a ellos Solo mirando sus fotos: ASCO MUCHO ASCO
GORA ESPAÑA!
El odio no pinta nada aquí. ¿ De qué sirve?? no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, lo demás es alimentar a lobos con ansia de carnaza.
Los niños esos que no pueden jugar con libertad es el precio seguramente mas que caro. Una lastima. Un saludo Maca.
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