
El rostro de las damas al recibir ese regalo literario, merecía un reportaje del National Geographics, los había de asombro, de rechazo, de estupor, de asco, de risa, de miedo, de pena, de indiferencia, de indignación…….
Nunca jamás encontró el rostro que él esperaba, ese rostro pícaro y lujurioso que humedeciéndose los labios con la punta de la lengua le respondiera “Siiiii neeeene, y yo tengo mucha seeed, atibóoorrame de vino”.
Nunca jamás encontró el rostro que él esperaba, ese rostro pícaro y lujurioso que humedeciéndose los labios con la punta de la lengua le respondiera “Siiiii neeeene, y yo tengo mucha seeed, atibóoorrame de vino”.
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