martes, 4 de octubre de 2011

Diferentes sutilezas culturales

Quise demostrarle las excelencias de mi magnifica espada dándole un bestial mandoble y atravesando de un tajo la barandilla de hierro de la escalinata del castillo. Tan solo unos chispazos saltaron en el encontronazo de los dos metales.

Mi espada, ni un arañazo sufrió.
La baranda, segada y abierta quedó.

Él, tomó entonces un cojín de seda con la punta de su cimitarra y posándolo en un peldaño de la escalera, dejó caer la hoja sin apenas esfuerzo y el cojín se separó en dos partes, como si de un melón se tratase.

Mis caballeros sorprendidos, increparon a Saladino, achacando a la magia semejante filo.

Permitidme Don Ricardo….. y estirando de la punta de un pañuelo de seda lo lanzó al aire y lo partió en dos, antes de que tocara el suelo……

PD: Del encuentro entre Ricardo Corazón de León y Saladino.



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