¡Que te follen! Recuerdo que me dijo, la muy puta. ¡Fóllame tú! Le grite con la esperanza de follar aunque solo fuera un poco. ¿Follar solo un poco? O se folla, o no se folla, pensé pá mis adentros. El caso es, que con la falta que me hacía, me quedé sin follar. ¿Y ahora que hago? Me preguntaba una y otra vez. ¡Follarte algo! Me respondí a mi mismo. Follar, follar, follar, follar…...no había otra cosa en mi mente que no fuera eso. Y con eso estaba cuando me tope de frente con lo que quería ¿Y que quería? Pos follar, ostia ¿Es que no ha quedao claro? Bueno, total, resumiendo, que como no me comía un colín, le tuve que dar por el culo a mi perro y en eso andaba, cuando de pronto el cartero empujo la puerta que debía estar mal cerrada y me pilló. El cartero en realidad era una zorra malfollada que no le gustó lo que vio y me denunció.
Cuando fui al juicio y declaré ante el juez, le dije que me acogía a la quinta enmienda y me recordó amablemente que eso era en las pelis americanas, que en España eso no existía y que además de un follaperros, yo realmente era un gilipollas.
Bueno, gilipollas, gilipollas, ya sabemos que soy, pero si la muy puta me hubiese follado aunque solo fuera un poco, nada de todo esto habría tenido que escribir.
Por cierto, desde el incidente mi perro me mira con ojos "mu golosones".
.