miércoles, 4 de febrero de 2009

EL REPARTIDOR DE RECUERDOS

El mismo metódico proceder cada mañana. Madrugar, lo justo, la misión es significativa, pero no apremiante. Uno tiene que tomarse su tiempo para contemplar ante el espejo cada año existido en su reflejo. Una arruga imparable en perspectiva, una tristeza en el alma postergada, una nostalgia agarrada en la sesera… nada trascendente que no logremos doblegar.




Una meada observando el color de mi orina, un cepillado de dientes, una ducha y a desear no saltarme la crisma intentando izar el remo para meterlo por la pernera de los calzones. Un tímido rociado de perfume y a desayunar.



Examino la estancia del buffet en busca de alguna baja producida y al no encontrarla me animo a servirme un poco más de fiambre en la bandeja, un zumo, una rebanada de pan, aceitito…



A las diez y media al salón. Unos cogen cartas, otros el dominó, algunas juegan al bingo, otros miran fijamente algo inexistente….



Visitarme pudiera el alemán,

borrarme en un instante la memoria,

pleno de recuerdos mi desván,

dispuesto a contar cualquier historia.



Unos, sobrados en exceso

otros, necesitados en demasía

Yo, solamente eso,

algunos recuerdos repartía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Izar el remo jajjajajjajja saltarte la crismaaaaaa ya de buena mañana jajajajjajja el aceitito jajjajajj como me deleitas nene con tus pensares. Un beso.

Anónimo dijo...

ya en el asilo??? que mal te veo... Besos