martes, 22 de julio de 2008

ASOMADO

No, no se trata de que el “Soma” asimilado por mi cuerpo durante tantos años me haya dejado en un perenne estado de niebla mental… digo, que asomado a mi ventana veo la vida pasar.

Yo suelo hablarle a las cosas. Por ejemplo, después de un largo viaje en moto cuando la guardo en el garaje, le doy unas palmaditas en el respaldo del asiento del copiloto y le agradezco lo bien que se ha portado, al ordenador le agradezco el final de una gratificante jornada de laboro, a una planta que crece con soltura, una estantería que soporta un gran peso durante años, al coche, a la bicicleta… Los vehículos y cualquier otro tipo de objeto necesitan de nuestro cariño y de nuestros cuidados para que su vida útil junto a nosotros les sea más agradable, nos duren más y nos den los menos problemas posibles. Por eso yo les hablo a los objetos inanimados que comparten mi existencia.

Por todo esto no me sorprendió nada que el otro día mirando por la ventana escuchase a un vecino hablarle a su coche.

¿Qué te pasa cabrón? ¿Otra vez igual, hijo de la gran puta? ¿Acaso no te compré una batería del Carrefour el año pasado? ¿Es que no te eché por encima un leuro de agua hace dos meses? Me cago en tu puta madre que no gano echarte gasolina. Menos mal que no te he pagao el seguro, que total pal apaño que me das. Lastima del dinero que tiré hace cinco años en recauchutarte las ruedas delanteras (puntapié en la rueda).

Al tiempo, una abuela que pasaba con los nietos voceaba a uno de ellos, ¡Borja mira por donde pisas, que le tiras las cosas al señor! Y seguían acera adelante sin que el señor se percibiese que el niño le había dado una patada a un cacharro con tornillos y algunos se colaban por la alcantarilla.

¡Con el trabajo que me dio ponerte el alerón trasero que compré en la chatarrería! ¡Me cago en la puta! Voceaba el otro mientras abocardaba las tuercas de la tapa del filtro intentando aflojarlas con unos alicates. ¡Tus muertos! ¡Si hasta te llené el radiador de agua mineral en el ultimo calentón! (puñetazo en la aleta).

Una pareja de yonkis de camino hacia su dealer le quitaron un puñado de CD`s sin que este se percatara atareado como estaba en sus precarias labores de mantenimiento ¡La madre que…! ¡En que mala hora! ¡Vamos que…! ¡Después de darle al bocas 300 leuros pá que me “consiguiera” unas llantas!

Justo antes de meterme en casa veía como un Cocker Spaniel que hacia su ronda matutina se meaba en el asiento del conductor que reposaba encima de la acera. Mientras, el otro seguía su particular monologo con la cabeza metida en el hueco del motor ¡Me cago en…! ¡Anda quegggque…!

Relajado por tan real visión de la cotidianeidad del barrio cerré mi ventana y baje a por mi coche. Una vez dentro de él acariciando con la mano el salpicadero le comenté; Tranquilo que tiene que haber de tooo pá poder comparar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ay dios que partida de mandibula jajajjajajaj , es cierto todo??? es asii como lo cuentas??? si eso me lo cuentas a tu laito, me desarmoo, jajajjajaj, muy bueno, da mucho un dia desde tu ventana con esas cortinitas recogidas, chao un beso. Un beso Maca.