martes, 13 de septiembre de 2011

Soy de Nashville

Es cierto. Los que realmente me conocen, saben que yo nací ya sentado en un taburete del Pub “Nashville” con la mano derecha levantada y el dedo índice apuntando al techo. Mis primeras palabras al nacer fueron; “ponme otra”.


Confidencias aparte, ya llevaba puesta más de media botella del mejor Bourbon de Kentucky que tenían en mí local preferido. Al cabo de un rato entró Thomas Allen saludando a todo el mundo igual que lo hacía siempre, rodeó toda la barra y se sentó al fondo del local junto a mí.


.- ¿Que tal Galbano?

.- Hola Thom. ¿Traes lo mío?

.- Que impaciente eres Galbano. Ni un cómo te va, ni un tómate algo, ni nada de nada…

.- Que te follen Thom, ya sé cómo te va. Y también sé que te vas a pedir ahora mismo un Macallan de 12 años, no me comas la cabeza que sabes que no estoy para aguantar tus gilipolleces. Con lo que te encargué tan solo cubro mis espaldas en una parte de la misión. El resto, lo más difícil, lo tengo todavía por resolver.

.- Con lo complicado que me ha sido conseguir lo tuyo, deberías de esforzarte y ser algo más agradable. Te lo he traído todo limpio como me dijiste. Sin intermediarios.

.- ¿No habrás utilizado a Owen para conseguirlas?

.- Tranquilo joder, que ya te dije que haría la gestión directamente con el fulano. Las tengo aquí.

.- ¿Ahí? ¿En una bolsa del tajo británico? ¿No las habrás conseguido ahí? No me jodas Thom.

.- Que no joder, que es lo primero que pillado para meterlas. Toma.

Me deslizó la bolsa lentamente por debajo de la barra y de un vistazo rápido pude ver su contenido; Dos cajas de mantecadas de Astorga y una docena de carbayones de Oviedo.


Esa noche cenaba con mis padres y unas primas mías recién llegadas de Elche de la Sierra. La misión llevaba camino de ser todo un éxito.