jueves, 19 de febrero de 2009

AGONIAS

La angustia de lo inevitable se le empezaba a agarrar en las facciones, igual que un escalador se aferra a la roca. Las horas avanzaban impasibles hacia lo ya decidido por naturaleza y tras unos meses de amargo sufrimiento su padre esperaba en la plaza hospitalaria que la muerte le llegase dignamente. Ningún remedio aplacaba su dolencia salvo las ampollas de Buprenorfina que le inyectaban en el suero. Llevaba meses tomándolas en casa y de las dos o tres a la semana en el comienzo, ahora una cada tres horas apenas le hacia efecto alguno.

Su organismo dijo basta cuando el cáncer dominó hostilmente su cruzada.

Pésames, dolor, llantos y sepelio.

Aún estaba caliente el cuerpo de ese pobre hombre cuando con el tacto habitual del que lleva su cerebro en el bolsillo trasero de los Levi’s le rogué; Tío, como tu padre ya no las va ha necesitar, acuérdate de traerme mañana to las cajas de Buprex que tengas por tu casa. ¡Anda enrollate!
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martes, 17 de febrero de 2009

CATACALDOS

De pequeño practicaba gimnasia deportiva y cama elástica, sin mas pretensión que la de pasar unos buenos ratos, cosa esta por cierto que conseguí eficazmente. Alguna vez me ha dado por hacer Footing, pero siempre he desistido enseguida por eso que dicen de “correr es cosa de cobardes”. La pesca de río, si que ha sido una constante desde que la descubrí, pero nunca nada en plan de torneos o campeonatos. Cuando el tiempo acompaña suelo coger una bicicleta de montaña por un recorrido sin apenas dificultades y en el que cualquier joven en buena forma me hace sacar el corazón por la boca, nada de descensos por la falda de una montaña sorteando los pinos y charcos de barro y cosas de esas. He saltado varias veces en paracaídas y pienso seguir haciéndolo, pero como en todo lo demás, solo por el puro placer de hacerlo. Montar en moto también es otra constante en mi vida, disfruto haciéndolo y por supuesto jamás se me ha pasado por la cabeza competir en un circuito. Hace tiempo incluso probé con el Muay Thai, pero nada que reseñar de aquel affaire y aunque recientemente me haya apuntado a practicar Kick Boxing no creo que me rompa el pie en ningún combate con un fibroso mancebo tailandés. Hice mis pinitos en la caza, el senderismo y algún otro deporte que seguramente ahora se me olvida y finalmente os diré que estoy decidido a esquiar algún día y a conseguir un bautismo de submarinismo… todo llegará.

Cualquiera que lea estas líneas y no me conozca quizás haya pensado que soy un deportista de los de toda la vida, cuando en realidad estoy más cercano a Pocholo que a cualquier deportista e incluso con todo lo que creamos me atrevería a decir que éste ha practicado más deportes y más variados que yo, fijo.

Os cuento todo esto porque hace unos días, en una conversación de sobremesa alguien me preguntó confundido ¿Pero tu no eras cinturón negro de ….? Algo que inmediatamente negué con rotundidad al tiempo que explicaba que a mi lo que me gusta es probar cosas, pero que jamás me ha dado fuerte por competición alguna. Soy lo que mi madre cariñosamente define como “Un Catacaldos”.

Lo único en lo que verdaderamente he empleado mi tiempo, mi dinero y mi esfuerzo, lo único por lo que realmente he competido con los mas grandes, ahí, codo con codo, en todas las ciudades y lugares donde he podido, con contrincantes de todas las razas, edades, sexos y condiciones. Por lo único que siempre me han reconocido, por lo único que he renunciado a otras cosas… ha sido por vaciar cámaras de cerveza y botellas de whisky de los bares, acompañadas con un buen y variado número de substancias de esas que llaman “ilegales”… A mí, al Carlos Sainz de las salas de fiesta, al Alonso de los garitos, que digo al Alonso, el Nadal de los bares, mia tú con lo que me esmerao en esa cuestión desde temprana edad, lo constante que he sido y nunca, nunca, nunca, ME HAN DADO UNA PUTA MEDALLA.

¡Tanta agüita amarilla meada en miles de lugares…. pá ná!

miércoles, 4 de febrero de 2009

EL REPARTIDOR DE RECUERDOS

El mismo metódico proceder cada mañana. Madrugar, lo justo, la misión es significativa, pero no apremiante. Uno tiene que tomarse su tiempo para contemplar ante el espejo cada año existido en su reflejo. Una arruga imparable en perspectiva, una tristeza en el alma postergada, una nostalgia agarrada en la sesera… nada trascendente que no logremos doblegar.




Una meada observando el color de mi orina, un cepillado de dientes, una ducha y a desear no saltarme la crisma intentando izar el remo para meterlo por la pernera de los calzones. Un tímido rociado de perfume y a desayunar.



Examino la estancia del buffet en busca de alguna baja producida y al no encontrarla me animo a servirme un poco más de fiambre en la bandeja, un zumo, una rebanada de pan, aceitito…



A las diez y media al salón. Unos cogen cartas, otros el dominó, algunas juegan al bingo, otros miran fijamente algo inexistente….



Visitarme pudiera el alemán,

borrarme en un instante la memoria,

pleno de recuerdos mi desván,

dispuesto a contar cualquier historia.



Unos, sobrados en exceso

otros, necesitados en demasía

Yo, solamente eso,

algunos recuerdos repartía.