jueves, 29 de enero de 2009

ANOCHE TUVE UN SUEÑO

Si, si… y no estaba con Martin Luther King, ni con el temita de la supremacía blanca, ni lamiendo las ingles bien abiertas de Elsa Pataky (sus ganas), ni nada de todo eso…no…

Sino recuerdo mal, me encontraba en un bosque con una mañana bastante gris y con una niebla típica de las de cuando quieren cargar de misterio una escena de película. Solo acertaba a entrever tres o cuatro troncos de pinos a mí alrededor, mientras que el resto se perdía en la espesura de la niebla. Agazapado tras unos matorrales, oía voces, unas más cercanas que otras y también a lo lejos se empezaron a escuchar unos ladridos de perros, de varios perros… la cosa fue a peor cuando escuché varios disparos. Me acojoné bastante pero al mirar hacia abajo me di cuenta de que tenía una escopeta de largos cañones superpuestos en mis manos y entonces lo comprendí todo ¡Coooño, estaba de Montería! En mi sueño estaba en mi puesto en el monte, a la espera de que algún jabalí se acercara por allí…. ¡Bueno!… pues bastante normal todo ¿No?

Sino fuera porque las voces desaparecieron y la algarabía de las realas de perros y los tiros, dejaron paso a un silencio sepulcral que empezó a apoderarse de mi sueño, diría que incluso me lo estaba pasando bien. Tras un rato grande sin escuchar nada, ni un pajarillo, ni una ardilla, ni rastro de algún compañero de batida, nada, solo empezó a silbar un airecillo molesto que me trajo un olor nauseabundo a la nariz y seguido del olor escuché unos pasos que no me dejaron más remedio que soltar un; ¿Quién va? Más que nada por si entre cazadores nos confundíamos y nos pegábamos unos tiros, pero nadie contesto, volví a gritar y seguí sin recibir respuesta por lo que opté por agacharme y esperar…

Un hombre con aspecto de vagabundo, con ese repugnante olor que le precedió minutos antes, se paró frente a mí como si supiese donde me encontraba, ¡Como si llevase un GPS en su gorro de lana! Al ver que no iba armado y que parecía que me buscaba a mí, me incorporé y lo único que me salió del cuerpo fue unos; ¡Buenos días! A lo que el errático visitante alzando el brazo y señalándome con el dedo exclamó; “Está escrito en los Grimorios, te pedirán cuentas, los Sefirot te pedirán cuentas”… su dedo acusador no dejaba de señalarme y la saliva esputada de su boca al soltar la frasecita parecía que me estaba corroyendo la pechera del tres cuartos… ¡Hay la virgen, pero que dice este tío! Pensé mientras me despertaba…

A la mañana siguiente, estando ya en el trabajo, salí a la puerta a fumarme mi pitillo de las diez y estando en esa faena me encontraba… cuando el aire me trajo de nuevo el putrefacto olor de la noche anterior. Un trallazo de adrenalina me taladró el cerebro e instintivamente me puse a buscar a mí alrededor con la mirada y a unos diez pasos de mí, en unos contenedores de basura vi rebuscando en su interior la mitad de una figura que me resultó desagradablemente familiar…debió percibir que lo miraba y al erguir su cuerpo sobre la acera, mi corazón empezó una rápida ascensión hacia el infarto. Se acercó a mí en los diez pasos más cortos de mi vida y mirándome fijamente me soltó; ¡A QUE ACOJONO ¿HE? …..DAME UN CIGARRO!

¿¿¿???

jueves, 8 de enero de 2009

CUESTIÓN DE FE

Hace unos días, cuando todavía era época de níscalos, me hubiese gustado acercarme a alguna zona donde aún se pueden coger libremente estas “Delicatessen” que nos brindan las cercanas serranías, pero por un motivo u otro, no pudo ser.

Una mañana en la que me dirigía hasta la panadería más próxima a mi domicilio para comprar lo que suelen vender en esos sitios, me fijé en una furgoneta gris metalizada de marca Mercedes muy nueva y con los cristales tintados de negro. Llamó mi atención porque en la parte de atrás había varias personas con bolsas conversando amigablemente. Justo cuando pasé junto a ella vi en unas cajas muy limpitas y colocaditas unos peaso de níscalos que daban ganas de comérselos crudos de la pinta que tenían. Al volver de la panadería ya me lo había pensado y paré a comprarle unos cuantos kilos, la mayor parte para mi madre y unos pocos para hacerme un par de aperitivos, o un arroz o lo que me apeteciera, se pueden hacer mil platos diferentes con esos hongos de buen gourmet.

¡Buenos días!... Le dije al gitano que estaba haciendo el agosto en noviembre. ¿A como son?

¡Guenos días, payo! A siete euros ¿Cuántas cajas quiere?

Los ha jodio el gito ¿Tu quieres acabar pronto hoy? Cajas ninguna, échame tres o cuatro kilos.

Mientras me estaba preparando una bolsa, me quedé mirando lo que de lejos parecía una estampica de una virgen que había pegada en un lateral de la furgoneta, me acerqué un poco más y exclamé en voz alta ¡COOOÑO, PERO SI ES FALETE!

Ese er que me da a mí la fuerza pá llevar to la familia palante ¿Savusté?

Si puede ser, si, no canta mal el hombre.

¿Que no canta mar? ... Que no canta mar dise er payo...Eso ehh lo más grande que hay. ¿Savusté? Ese er que me trae a mí la alegría to las mañanas pá mi y pá to mi familia. Eehh un mohhhtruo, eeeso tiene arte pá regalahh, eso canta que quita er sentio, eso canta con er corasón.... ¡Que grande eehh!

¿Qué te debo?

Son veintiún euros tres kilos bien pesaos, peeero... dame usté veinte... ¿Savusté? La única pega que tiene, ehh que ehh máhh maricón que un palomo cojo... Pero po lo demás…..

Solo tienes que escucharlo, no tienes que acostarte con el….

Tamiiiieeeen es verdá, ¡Con dios payo!