martes, 28 de octubre de 2008

PRESUMIDO

Hace algunos días llegó a mis manos un DVD de PITINGO. Contenía el concierto que grabó el año pasado con el patrocinio de DEWARS, en el que le acompañan entre otros un coro de gospel de Mississippi y algunos cantaores/as y bailaores con mucho arte en sus venas. A la guitarra le acompaña Juan Carmona y al final de la actuación el hermano de este, Antonio. Hacia tiempo que no me llevaba una grata sorpresa musicalmente hablando, este hombre seguramente ya habrá sido criticado por el colectivo flamenco, pero he de decir que lo que veo en su espectáculo está tratado con sumo respeto y el producto final es algo que no pienso perderme en cuanto pueda acudir a uno de sus conciertos. No se que será la continuación de esta fusión entre flamenco y soul (Soulerias), pero de momento lo que hay, tiene mussho arte. Por cierto Pitingo significa PRESUMIDO.

ME RINDO ANTE TI (Compraos el DVD, merece la pena)

jueves, 23 de octubre de 2008

A TAN SOLO CUATRO PASOS



Allí se encontraban, a tan solo cuatro pasos el uno del otro en la caja del supermercado. Ambos se reconocieron pero no se atrevieron a saludarse. Llevaban cerca de 30 años sin verse pero se reconocieron. Ella había ido a peor con el paso de los años. El tiempo no la tenía muy bien tratada, su vestimenta no destilaba precisamente el estilo que se creía intuir en una diosa de la adolescencia. Si bien algunas personas la madurez acentúa su belleza y personalidad a ella le había desvirtuado totalmente su figura. Ni su peinado ni su escaso maquillaje acertaban a darle ni un pequeño toque de glamour que aportase nada bueno al conjunto global. De él sin embargo para no extenderme mucho, tan solo decir que le daba cien vueltas.
A tan solo cuatro pasos el uno del otro y nada quedaba ya en sus corazones de aquel amor adolescente que les llenaba el estomago de mariposas y les hacía pasar noches enteras en vela. Ni rastro de ese amor tan puro que se conformaba con el solo roce de una mano, con retirar el pelo de la mejilla, con acomodar el brazo por encima del hombro en un cine. La tibieza del encuentro mañanero en el instituto, el beso en el césped de la piscina, el compartir refresco y hamburguesa en el “Bocata Quick” y toda la etérea esfera en la que se encontraban cuando tenían catorce o quince años y estaban enamorados…..¿Enamorados? ….bonito palabro.
A tan solo cuatro pasos el uno del otro rondaban preguntas sin respuestas y pensamientos fugaces ¿Tendría hijos? ¿Estaría casada? ¿A qué se dedicaría? ¿Qué habría sido de esos aires de grandeza que se daba? ¿Habría estado viviendo fuera? El no era capaz de adivinar ni una sola de las respuestas y lo que veía; simplemente no le indicaba absolutamente nada.
A tan solo cuatro pasos de ella, a él le importó una mierda todo este rollo cuando con una sonrisa de oreja a oreja la cajera le dijo “64,50” y mientras salía del super, instintivamente recorrió la calle con una furtiva mirada en busca de algún señor montado en una vieja vespa.
A tan solo cuatro pasos el uno del otro y ni una objeción sobre porqué se largó con el primer imbecil que se encontró, para poder ir todos los días montada en una vespa al instituto.
¡Hay que joerse con el amor!... Las vueltas que da la vida, sobre todo en vespa.

martes, 7 de octubre de 2008

CHAMPAN Y MUJERES

Acababa de reencontrarme con una relación anterior que por cuestiones poco importantes como probablemente nuestra corta edad o pequeñas diferencias en nuestras necesidades mas inmediatas habían acabado con el rollete noviero que llevábamos unos meses antes.

Un día, no recuerdo ahora por qué, decidimos darnos una segunda oportunidad y una vez recogida a la salida del trabajo y ya delante de un platico de forro, con unas bravas y unas cervecicas, fuimos retomando conversaciones atrasadas, poniéndonos al día con historias de conocidos comunes, lanzándonos unas miradicas y todas esas cosicas que solemos hacer cuando estamos tonticos por alguien y que si no las habéis hecho nunca pues peor para vosotr@s. Un poco mas tarde, ya con un cubatica o dos en algún Pub. Pues que si te cojo la manica, que si te rozo la pierna, que si te paso la mano por el lomico, que si te muerdo el labio… que si nos va ha decir el camarero que si no tenemos cama…. ¡Pues no! No teníamos cama, vivíamos con nuestros respectivos papás y lo único con lo que contábamos era con mi Renault siete de cuarta mano (ese que era como el R5 pero con culote para el maletero) todo un lujo para unos guachos.

Con el calentón ya encima, decidí coger el auto y encaminarme con mi mente fija hacia un sitio concreto. Era un lugar de esos tranquilos donde suelen ir las parejas que solo disponen de la intimidad que les brinda un vehículo para meterse mano. Estaba en las afueras de la ciudad, con unos arbolicos, tranquilo, oscuro y con la única compañía de otros vehículos haciendo lo mismo que nosotros. Hacía tan solo un par de semanas que había estado en ese mismo lugar. Me dirigía hacia allí con mi musiquita en el radio-cassette, acariciando a mi acompañante cuando el cambio de marchas me daba un respiro, todo contento y excitado cuando de repente al doblar la última curva me encuentro unos montones de obras, una retro de esas pequeñas y una zanja. ¡CAAATACLAS! Aunque frené, el ABS ni siquiera estaba inventado y el coche se quedó con las dos ruedas delanteras colgando en el aire en mitad de la zanja, que aunque no era muy profunda (50 ó 60 cm.) jodía lo suficiente para no poder sacarlo de ahí. ¡Eeeaaa pos nada!...cabreo….me cago en la puta…. los dos fuera del coche…¿Y ahora que hacemos?...

En todas esas cuestiones andábamos cuando a lo lejos se ve venir un coche y conforme se acercaba, el sonido de su música a toda hostia me hizo pensar que mejor no pararles para que nos ayudasen no fuese que encima nos atracasen o algo por el estilo. Me hago el loco mirando las ruedas del coche y le hago una seña a mi acompañante para que hiciese lo mismo. El vehículo pasó lentamente con un alboroto increíble dentro y cuando creía que ya se largaban vi el resplandor rojo de las luces de freno… ¡YA ESTA LIÁ! Pensé.

¿QUE PAAASAAA? Preguntaba el primero que ya había salido del coche y se dirigía hacia nosotros dando trompicones. ¿ALGUN POBLEMA? Indagaba el segundo dando voces desde el vehículo ¿DONDE IBAIS? Nos decía una fémina en tonito chistoso también desde el interior ¿QUEREIS CHAMPAN? Nos espeta otra voz femenina de la que ya se veía medio cuerpo fuera del coche alzando una botella en su mano izquierda ¿¿¿???

Lo que en un primer momento pintaba mal, acabó de manera más que satisfactoria, incluso diría que entrañable. Resultaron ser un@s cachond@s que estaban de juerga y adoptaron una actitud paternalista que no dejaba de ser como poco, llamativa. Entre bromas y risas a nuestra costa nos metimos todos en la zanja y a la de tres logramos subir las ruedas al asfalto. Tuvimos que beber champán, una insistía en que fumase de un porro ¡PÁ QUE SE TE QUITE EL SUSTO! Me decía partiéndose de risa con un globazo de esos del quince, ¿QUEREIS PÁ UNA HABITACIÓN? Exclamaba otro echándose las manos a los bolsillos. ¡GRACIAS, GRACIAS DE VERDAD, MUCHAS GRACIAS! No paraba de agradecérselo mientras se metían en el coche continuando su festivalera jornada nocturna. Mi calentón había desaparecido en el mismo instante en que pisé el freno, ¡OTRO DÍA SERÍA!

La conclusión más importante que saco de todas estas anécdotas que os cuento es que encerrado en mi cuarto haciendo crucigramas ME LAS HUBIESE PERDIDO y en tal caso ¿QUÉ COÑO ESTARIAS HACIENDO VOSOTROS EN ESTE PRECISO INSTANTE?

jueves, 2 de octubre de 2008

¿QUÉ TE APUESTAS?

La última vez que nos fuimos los dos a “tomar algo” debiéramos haber acabado en el hospital, pero al amanecer cuando lo acerqué a su casa solo acertó a despedirse con un “ME MUERO”. Hace ahora unos seis años que le volví a ver. Me comentó que estaba viviendo fuera, se había quitado de manera natural unos 20 kilos de peso que le sobraban y había recuperado su gusto adolescente por la vestimenta de “niño bien” o dicho de otra manera me tuvo que llamar varias veces y mientras me acercaba pensaba ¿Quien coño es ese con pinta de pijo madrileño que me esta voceando?

Nuestro protagonista de hoy regentaba un garito por la zona de la universidad que se llamaba el “Flinstone”, supongo que al final el local se ganó el nombre por derecho propio debido a la cantidad de piedras de coca que se picaron en la trabajada barra. Las veladas que pasé a puerta cerrada fueron en general muy, muy surrealistas. Entre el espeso humo del local y la poca luz existente se adivinaban las siluetas de los notas mas destacados de la alta y baja sociedad de Albacete. Pepe, “El Nazi” para los amigos, administraba el local con una complacencia digna de los mejores taberneros de antaño. De apariencia bonachona y jocosa para la mayoría y de tipo poco recomendable para los que se atrevían a desafiarle.

Por poneros un ejemplo de cómo se las gastaba cuando se le hinchaba la vena del cuello, os contaré que una de esas noches de martes o miércoles de invierno donde el resto de mortales hace horas que duermen, a Pepe se le metieron cuatro gitanos de esos acostumbrados a que la gente corriente les tenga miedo y creyeron poder usar esa misma arma para vacilarle a él. Lo que cualquier persona normal hubiese hecho, hubiese sido tratar de largarlos sin tener que usar la violencia, o llamar a la policía o cualquier otra cosa…. Pepe no. Pepe era un pelin más contundente. Pepe salió de la barra y cerro la persiana del bar quedándose encerrado con los gitanos vacilones y con el par de clientes que pudiese haber a esas horas y ni corto ni perezoso empezó a repartirles una ronda de guantazos que cuando ya se lanzaba a por el tercero de ellos, estos le pidieron por favor y con toda la educación que eran capaces de derrochar que se calmase y que les dejase marchar… Así se las gastaba Pepe, sin anestesia ni ná.

En otras ocasiones su lado más infantil le prodigaba pesadas bromas. Una de las más sonadas fue la de apostarle a un criaturo con un scooter que le ganaba una carrera con su BMW. ¡PERDIÓ! Su coche acabó arrastrando el techo en una rotonda. ¿La apuesta? ¿Y eso que importa? Que más da.

Otro personaje de los que el solito da para un Best-seller.